sábado, 12 de febrero de 2011

Aforismos - Alberto Aguirre

 En delaurbedigital.udea.edu.co
(Girardota, Colombia, 1926).  Ha sido columnista y profesor de la  Universidad de Antioquia.  Al final de la década del ochenta sale del país por motivos forzosos y se instala en Madrid en donde vive casi tres años. De regreso se desempeñó como columnista, hasta hace poco tiempo, momento en el cual, ha decidido retirarse del universo mediático.



DEL EXILIO (Selección)


    Al exiliado se le pudre la voluntad (21.9.87).

    El poder de arraigo implica la capacidad (o la posibilidad) del desarraigo; o sea, el poder de adaptación exige una capacidad igual de alejamiento.


    Se vuelve a decir (como en todas partes): no soy de aquí ni me parezco a nadie.


    No hay piso firme para el exiliado, pues la reja, que en el preso es exterior, dejándole el espacio de su intimidad, en el exiliado es interior, robándole así todo espacio.


    La vida colectiva es indestructible: la muerte es siempre cosa individual (o sea, un desprendible): esto es lo que permite sustentar la esperanza.


    El placer es el pensar.
 
    (Vivir alerta: prender la curiosidad: apetecer este mundo).


    A veces no sé quién soy.


    (El arte como tabla de salvación)
    La sensación de estar perdido: inclusive, de sí mismo.


    La palabra incita al acto.  (Eso se sabe). Bueno, la palabra incita al estado de conciencia.

    La sustancia del exiliado es la nostalgia … y “la nostalgia es la puta del recuerdo” (Caín).


    Hay que reinventar la vida: queda un trozo, y éste se regenera.
    
    El exiliado miente de oficio.

    “Aquellos que empiezan por mirar hacia atrás, terminan a veces pensando hacia atrás”.
Nietzsche.

    El drama del exiliado es que teme haber sido arrojado, no ya de su país, sino del género humano.


    A veces provoca irse.

    La vida: único equipaje.


    Es preciso inventar de nuevo la vida: inclusive, hay que crear sueños y recuerdos y
añoranzas, pues se trata de liquidar el pasado, para no vivir de nostalgias.


    El placer no es la soledad, es el anonimato. Y a la mierda la gloria.


    Hay gente que pone, en la yuca, el patriotismo.

    Y, de momento, el tiempo se vive en ralenti.
    
    Soy apenas un esbozo.
En soho.com


    ¿Vivir por sólo sostener la vida?


    El exiliado es un transeúnte.


    Esto se acabó: lo que sigue es vicio.


    De pronto (a ratos) una sensación extraña: éste que está aquí no soy yo.


    El exiliado ha de luchar contra la memoria: es su única posibilidad de salvación.


    No es que me estorbe la gente: es que no me hace falta.


    ¿Quién soy? Se difumina el contorno.


    Llegar a un sitio y a un tiempo en los que, coartadas amarras y raíces, empiece a      extinguirse la memoria —inclusive la propia— y lograr así la libertad.


    Este largo ensimismarse puede conducir a la lucidez o a la locura: y quizá las dos condiciones giren dentro de las mismas coordenadas.

   El enemigo del exiliado es el tiempo: por eso hay que diluirlo.


    Para el exiliado, en un comienzo las palabras son refugio; luego se convierten en rejas y, a ratos, en alucinación.


    La vida se acabó hace días: sólo la inercia.
  
    Se escribe es para olvidar.


    Cada vez más extraño, no sólo a los otros, sino a uno mismo.


    Uno ignora, no sólo lo que es uno, sino lo que busca.


    La conciencia de no ser nada y por eso, quizá, la de ser posible.

    Las palabras construyen un invernadero: es hostil el mundo.


    Se oye todo muy lejos: inclusive, las gentes parecen personajes de una ficción que se leyó hace tiempos.


    El exiliado pierde el sentido jocundo de la vida: se ciñe el cilicio. (27.7.90):


    Sentir la vida como un trasto más.


    Al exiliado le dan el mundo por cárcel*.


*Tomado de la Revista de la Universidad de Antioquia.
Volumen LXI, número 227. Enero – Marzo, 1992. 
Medellín: Universidad de Antioquia.

lunes, 7 de febrero de 2011

Cuatro poemas insaciables

Por Lopus-Roldán-Pernath-Etón
 
La ciudad a través del cristal humedecido, por María Plata




I.

Tarde de lunes festivo, desocupado.
y unos ojos de niño brotan por la ventana
a un cielo gris. Afuera apenas llueve.
La calle es una isla larga y es un río sin peces
y en el aire, en donde se esconden y se
                                                  [funden
los secretos,
vuela una imagen vaporosa:
una niña de ojos pequeños y senos
que apenas asoman a su cuerpo.
Afuera hay olvidos que soplan
sobre las islas que flotan
empañadas por la ventana.
Y cruza por los ojos de ella
una vaga imagen:
un niño cobarde
mirando el cielo gris;
y cruza por los de él,
los retazos de recuerdos
de una niña inalcanzable.


II.
 
Esta tarde urde un encuentro,
un desencuentro.
Hay un atardecer bello,
naranja derramada en el cielo,
filtraciones de óleo azulado entre las nubes.
pero escucho silencio,
sin límites y sordo,
¿dónde andarás?
corazón pasajero
que me dejas sólo tu carne.



III.
 
La noche arroja sus huéspedes
a la calle...
Y  entonces te vi.
Tan llena de sexo,
de sueño vivo
y poesía en las enredaderas
del balcón de tus ojos.
Y la noche fue una copa, otra,
una boca, un sabor,
un licor de labios,
un te vi y un adiós.
Y aún me pregunto inútilmente:
¿Te volveré a ver?


IV.
 
Intensidades de la lluvia.
Primero es tímida, apenas un murmullo
que asoma
como la noche en el campo;
tranquila,
apenas se estrella contra la ventana.
Lluvia adolescente,
lluvia misteriosa.
¡A lo lejos se escucha un relámpago!
como una fiera ronca,
y cada gota se desmorona,
se arranca salvaje desde el cielo,
con ímpetu, sin premeditación;
ahora no hay tregua,
la lluvia es el telón desenfrenado de la tarde,
hay ríos sobre el asfalto,
el Olimpo se derrama y fecunda toda la
                                                  [ciudad,
la calle es un paisaje de ondulaciones
y lagos enmarañados;
lluvia furiosa,
lluvia sin misericordia.
y luego, ahora,
en el rio del tiempo,
cae maná blanco,
y de a pocos,
la calle se vuelve una vieja
con la sien canosa,

V.

Se despojó de su ropa
y bailó libre en la sala,
fue luna en la noche, sola;
brilló desnuda en una copa;
como el deseo que ronda
a un alma baldía en terrenos.
buscó su leche en los senos fríos,
deseó la vida;
su mano cubrió esa nada.
Se posó sobre el diván de henos.

Por Lopus



Torso estriado, 1923, por Man Ray



VAMOS TRANSCURRIENDO EL CUARTO
SÉPTIMO…

Vamos transcurriendo el cuarto séptimo;
mañana tenderemos cuarenta y nueve
almanaquosos lapsos ardientes.

Cometeré estas siembras matutinas,
expoliando la introspección,
hasta quedar exterior, cálido y lúdico.

Bailamos sin cesar a costas de la lluvia.
Ya vamos transcurriendo el treceavo mes;
desplegamos las alas
y adherimos
el vértigo de andar en desbandada.

Dos y tres y cuatro y veinticinco
días escanciados
en esta granja que me da de probar
sus meloncillos.

Quédate tranquilo y no descanses
que ya vienen por ti mientras te alumbras.
Cierra los ojos que el tiempo está tibio
y la luz de un Sol oculto
explota en centellantes cabezadas.

Cinco y siete y trece y veinticinco;
continuemos la cuenta hacia atrás
y adelante,
contorsionemos las almas porosas.

Qué desconectado arriba el tiempo
y nosotros aunándolo de lleno
para descargarlo con intensidad
en intervalos alterados.

Puebla arriba del mundo atenazado
una fiera comunión de orates perniciosos,
un Big father ambiguo que nos mira.
No lo he perdido
en volátil escapada
desde edenes escarpados y telúricos.
Tú tampoco te contentas, como yo,
                                            y te marchas
con el ritmo rojo que amenaza la noche.

Por Francisco Roldán




Por María Plata
DOS ESTROFAS: INICIAL Y FINAL

Si dios quiere
mañana al amanecer
comeremos pan;
veremos la luz
abierta de par en par;
caminaremos al trabajo,
lentos, cansados,
mascullando resignados:
¡hágase su voluntad!

***

Si dios quiere,
y ya me he acostumbrado a que así sea,
mañana
(cuando sobre nuestra espalda
se sume el ocaso a la resignación),
la mano longeva que ha emborronado con
                                                 [sangre
toda nuestra geografía,
la mano hábil que nos ha sabido moldear
y arrastra impune todos nuestros muertos,
se posará con pesada facilidad
sobre mi hombro izquierdo
y hará imponente
una señal de silencio.

Por Athanasius Pernath



ENTREVISTA:

Su madre ha muerto:
Ahora nada le debo
Ya nada queda.

Su padre ha muerto:
Nunca lo quise
A los perros

Su hermana ha muerto:
Nunca la conocí
Ya nada siento…
¿Y el niño?:

Lo llevo a la ciudad
En este campo
Ya nada tengo…

—todo ha sido desplazado—

Por Emil Eton

Paso ligero, por María Plata

Les Triplettes de Belleville de Sylvain Chomet

Dibujante de historietas, animador y director frances: Chomet,
nació en 1963 en Maisons-Laffitte, cerca de París. Estudió
arte. En 1986 publica su primer comic,
Secrets of the dragonfly.
En 1991, Chomet empieza a trabajar en su primera
película animada (mediometraje), llamada
La anciana y las palomas.
Para el 2002, lanza su largometraje animado,
Les Triplettes de Belleville, la cual obtiene dos
nominaciones a los premios Oscar en 2003:
mejor película de animación y mejor
canción.
 Participa también en el Festival de Cine de Cannes.


Este es un recomendado a solicitud de los creadores del Errante, no por la película sino por la invitación de escribir; pero no quiere decir que por ello no merezca el reconocimiento, como dirían los expertos, los que si saben, porque realmente yo crítica, de la animación, de la ilustración, critica musical o del séptimo arte, no soy. Coinciden ellos, los que saben, afirmando que la película es una de las “mejores muestras contemporáneas de arte”; las academias los respaldan pues, además de haber estado nominada a dos Oscar (Mejor Película de Animación y Mejor Canción Original) y haber participado en 2003 en el Festival de Cine de Cannes, tan buena les pareció que la dejaron fuera de concurso.
  
Es una película animada, con escaso diálogo, con una animación no convencional. Pero no haré más descripciones porque lo ideal es que ustedes estimados lectores vean la película, porque es el recomendado. Además aprovecho este espacio para hacerles una extensiva invitación a que vean cine, escuchen algo de música, no cualquiera, claro; y a que lean, aunque sea revistas como esta.

Solo me resta hacerles una pequeña sinopsis de la película: Desarrollada en los años treinta, inicia recordándonos el cine a blanco y negro, que está siendo visto por Madame Souza, la abuela, y su nieto Champion; no se hace de presente el por qué de la ausencia de los padres del nieto, pero es evidente que ella tiene la potestad sobre él.

En varias ocasiones, quiso su abuela tener un presente con el muchacho debido a que observaba su desanimo y desdicha, entonces, le regalo un perro, Bruno, luego, un tren, sin tener cambio alguno. Pero, ¡oh sorpresa!, al darse cuenta qué es lo que su Champion necesita, decide darle un triciclo, el cual cambia por completo la situación a tal punto que, su pequeño ya adulto, es uno de los ciclistas que hace parte del Tour de Francia.
 

Champion es secuestrado con otros dos ciclistas al correr el Tour, para ser conducidos hacia Belleville; su abuela que siempre lo acompañó en todo, decide ir tras su pista y en esta característica ciudad coincide con las trillizas, un trio de hermanas musicales que deciden, además de acogerlos y recibirlos en su casa, ayudar a Madame Souza a rescatar a su nieto, que ha sido  ecuestrado por la mafia para ponerlos en una especie de simulador de ciclismo o de carreras virtuales para un negocio de apuestas.

Bueno, hasta aquí llega mi relato, como ya dije, no soy experta, lo que si sé es que los personajes de Las Trillizas de Belleville no registrarán en las “Cajitas felices de de McDonalds”, por eso esperamos que medios como este nos sirvan para difundirlos y hacer algunos recomendados.

Dirigida y escrita por:
Sylvain Chomet
Producida por:
Didier Brunner
Paul Cadieux
Regis Ghezelbash
Colin Rose
Viviane Vanfleteren
Música de:
Benoît Charest


Por La Turca


El diablo sobre las colinas



EL DIABLO SOBRE LAS COLINAS
de Cesare Pavese.



, En sonadorcompulsivo44.blogspot.com
Pavese
El ambiente provincial de la Italia de la posguerra configura la atmósfera de esta novela de Pavese. El diablo sobre las colinas es publicada por vez primera en 1949 y traducida al español por la Editorial Navarra en 1982. Al señalarla, como recomendado, para esta edición del Errante se busca poner en vigencia la idea artística propuesta por Pavese, quién, partiendo desde elementos de la cotidianidad, configura una puesta en escena de la relación entre las diferentes clases sociales.

El relato que propone el narrador-protagonista de Pavese, parte desde una desenfadada aventura de vacaciones de tres universitarios de Turín. El ambiente, de entrada, va a estar dominado por una asimilación desde lo natural del mundo tecnificado. Las noches encendidas de la ciudad y el olor a gasolina se combinan con las verdosas colinas y el olor a pino.

Esta mezcla permanente de elementos va a servir de escenario para la interacción entre personajes de distinta posición social. Los protagonistas, el narrador-personaje, Pieretto y Orestes, se catalogan a sí mismos como “pobretones y burgueses”; ellos se encuentran con un viejo conocido de Pieretto, Poli, quién es un representante de la oligarquía burguesa en Italia.

Este personaje, los invita a su finca llamada El Greppo, lugar apartado de la ciudad y de características, en cuanto a lujo, propias a su dueño. Allí terminará el relato.

Los personajes son ubicados inicialmente en Turín y desde allí se transportan a una provincia italiana en dónde después de recorrer la finca del padre de Orestes, un acomodado señor feudal, terminan arrivando al Greppo.

En ese lugar, de la mano de una rubia y sensual mujer (esposa de Poli), llamada Gabriela, la narración se va a enmarcar en un complejo dilema pasional, en el que se ven involucrados Gabriela, Poli y Orestes.

El análisis de fondo que hace Pavese, en la novela que recomendamos, tiene que ver con una fuerte crítica a la sociedad burguesa. Por un lado se dirige a la gran burguesía, representada por Poli, el cual va a mostrar una posición totalmente introspectiva y egoísta frente al mundo, en la que se piensa buscarse a sí mismo, para estar más tranquilo, pero sin tener en cuenta lo que sucede afuera. Ese contraste también se evidencia en personajes que parecen secundarios, como es el caso de la servidumbre, pero que el narrador utiliza para mostrar el trato que tiene la alta burguesía para con ellos.

La figura de Poli, entonces, se va a convertir en un referente de los universitarios, representantes de la pequeña burguesía, pero con ganas de vivir de la misma manera que el gran burgués. El narrador-protagonista va a debatirse entre una vida inmersa en la sociedad de consumo y la contradicción a la que se ve siempre expuesto por no estar de acuerdo con muchas de las posiciones de los otros personajes.

Recupera el viajar a pie, antes que en tren, el escuchar el sonido silente de la naturaleza, antes que la música estruendosa. Así, Pavese propone una vuelta a la desnudez de la tierra, la cual ha sido truncada por el avance técnico y la sociedad capitalista.

Turín, En es.wikipedia.org
El relato contiene también un cuestionamiento permanente a la escala de valores vigente en la época. Por un lado está el acomodado señor feudal de pensamiento machista y creencia católica, quién es figurado en el padre de Orestes, dueño de un gran viñedo. Y por otro lado, la liviandad moral de la burguesía oligarca que muestra una particular liberación sexual, la cual ni ellos mismos prodigan, en últimas, sino de forma velada, en concordancia con atisbos de doble moral. La pequeña burguesía se debate entre
esos dos polos.

El narrador-protagonista se abisma ante las dinámicas sociales que le muestran sus compañeros y no encaja de ninguna manera en las actividades y pensamientos de sus amigos.

Trata de hallar otra cara: pondera el valor del campesinado y el obrero como una forma de tratar de ver de forma diferente a Italia, una que no sea la mostrada por la concepción hegemónica.

Sin embargo, se encuentra con que la situación particular y personal, es la única que importa al señor burgués y eso se convierte en un obstáculo porque como dice en una conversación el mismo Poli: ellos no tienen la culpa de haber nacido en casa de nobles.

Leer esta novela a la luz de la contemporaneidad, pone en juego la interacción entre las diferentes clases sociales, como una forma de ver el mundo de hoy. Enfrascados en un egoísmo torpe, en el que nunca solucionamos nada. Comemos del plato sin preguntarnos quién o qué está detrás de cada acto. En esto también tiene que ver, según Pavese, el papel formador de los medios que fijan la atención en sucesos determinados.

Siempre nos presentan historias, traídas de los cabellos, en cada telenovela o realitiy show en los que se empecinan en mostrar una forma de ver el mundo que es impuesta desde los entes de poder: moralizante, determinista y en general, una pseudo comprensión de la realidad que fija su principal punto en la reivindicación consumista.

Húmeda Barichara, por María Plata
El diablo sobre las colinas es una juvenil narración llena de fiestas, mujeres ligeras de ropa, conversaciones cotidianas y paisajes imponentes que señalan nuestra pequeñez. Pero más allá de eso, es una importante dilucidación de las costumbres y valores de una época de la que Pavese vivía sus primeros estadios, pero que hoy se consolida hegemónicamente, como si no hubiera otras formas de ver el mundo.


                                                                                                 Por Rafael Cely