lunes, 17 de marzo de 2014

La maquinaria de la pendejada - El Vermífugo y su columna de esta semana

"Para que genere un alud de opinión, una apoteosis en la cotidianidad, debería escribir un chiste para estúpidos, un comentario de lo más chicloso sobre el amor, una reflexión somera acerca de la vida, un pasaje bíblico, un video para alimentar el morbo o acudir al chantaje emocional y otras vainas"



De antemano debo reconocer que el Facebook servirá para la difusión de este texto, aunque no sea la suficiente. Para que genere un alud de opinión, una apoteosis en la cotidianidad, debería escribir un chiste para estúpidos, un comentario de lo más chicloso sobre el amor, una reflexión somera acerca de la vida, un pasaje bíblico, un video para alimentar el morbo o acudir al chantaje emocional y otras vainas. Con esto no pretendo dar una aseveración sobre los beneficios de este escrito, usted es el encargado de considerar lo que le place, aunque considero que no es tan obvio como los “aforismos” de Cangrejo Pérez ni tiene la ambición patética de Acción Poética.

Entonces cada quien debe formar su altar. Desde este podrá dar su homilía de pendejadas todos los días, colgará imágenes que muestren el torso de musculatura marcada o cubierto con un ropaje costoso, unas tetas empinadas con la fuerza de un sostén, un bikini para bañarse al menos en el río Bogotá o el último tatuaje que lo hace ver aún más rebelde. La limosna se recauda en “me gusta” o en “compartir” y con estas divisas se mueve la maquinaria de la pendejada. Para ese momento, en que su actuación o su fisionomía se vuelven un boom, empezará a definirse su comportamiento de manera que genere más estruendo, ahí es cuando la majadería flota como un bollo en inodoro. Entonces usted ya instituyó su egolatría, su culto a usted mismo acolitado por el embeleco de sus allegados, de sus amigos. Espera usted trascender, llegar a ese superhombre fabricado por los medios. Aquí comienza la excesiva etapa del arribismo: Entonces posan en los parques de la “gente de bien”, paseando por los centros comerciales de la alta alcurnia, cada fin de semana en un lujoso balneario de ilusiones o, lo que me parece más repudiable, tomándose fotos en un restaurante de oropel, convencidos de que es fino en exceso y usted ve en esos álbumes, imágenes hasta del plato de comida ¡QUÉ ES ESTA MIERDA!

También están los intelectualoides, profesionales en trillar frases de escritores que si supieran algo de ellos sería porque se los ofrece Wikipedia, maestros en la publicación de música que les parece estupenda pero que no entienden, sólo buscan parecer exóticos, insuperables en la crítica politiquera, ácidos en sus sátiras, elocuentes en sus disertaciones.

Y no hacen falta las maturrangas de los aprovechados que se valen de todo este andamiaje para sonsacar información, robar apartamentos, violar muchachitas atembadas o ponerse citas para darse en la jeta ¡QUÉ BELLEZA!

Esta es una asquerosa vitrina de lo humano, de lo demasiado humano. Estos  perfiles abundan en las redes sociales como una plaga. ¿Qué hacer? No acabe con su cuenta, ni organice un combo de asesinos para exterminar a esta raza de impuros (si así los considera), yo sugeriría (¡ojo! Sólo lo sugiero) que intente parecerse en lo menor posible a estos personajes. No es más.

A mis amigos los suspicaces les cuento que no existí, ni existo y espero no existir (aunque nunca digas de esta agua no beberé: la abuela) en el Facebook, pero como me persigue, me arrincona, todos los días me encuentro con la sugerencia redentora: haga un Facebook o con el comentario discriminador: ¡ah, verdad que usted no tiene Facebook! Debí hacer el “estudio” con cuentas ajenas pero cercanas.

Antes del fin, una salvedad. Es mi deber cristiano reconocer que hay muchos que realmente lo usan como una herramienta de información o de comunicación, y no como el megáfono que usan para gritar su necesidad de llamar la atención. Si usted es uno de ellos, con seguridad movió su cabeza de adelante a atrás apoyando lo antes dicho. 

1 comentario:

  1. Es fácil criticar algo, hacerlo polémico, cuando se sabe que todo el mundo se va a sentir levemente identificado con su denuncia. Quisiera saber si usted que escribe en un blog, en el fondo no siente la mas mínima necesidad de atención y aceptación; en el fondo eso es lo que hizo popular facebook, la posibilidad de sentirse aceptado en una sociedad que segrega por cualquier motivo.

    Yo creo que lo complejo y repudiable del acto que menciona está en querer aparentar que la vida solo está llena de momentos de fotografía y crear la falsa ilusión de que cada cosa que pasa es más especial que la otra porque o sino carece de sentido, como el hecho de construir una vida de fantasía en lo virtual que es solo un matiz de la realidad.

    Pero por favor, no sea maniqueo, no caracterice el buen uso de un medio conforme a su visión de el y mas si nunca ha hecho uso de el.

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