"Para que genere un alud de opinión, una apoteosis en la cotidianidad, debería escribir un chiste para estúpidos, un comentario de lo más chicloso sobre el amor, una reflexión somera acerca de la vida, un pasaje bíblico, un video para alimentar el morbo o acudir al chantaje emocional y otras vainas"
De antemano debo reconocer que el Facebook servirá
para la difusión de este texto, aunque no sea la suficiente. Para que genere un
alud de opinión, una apoteosis en la cotidianidad, debería escribir un chiste
para estúpidos, un comentario de lo más chicloso sobre el amor, una reflexión
somera acerca de la vida, un pasaje bíblico, un video para alimentar el morbo o
acudir al chantaje emocional y otras vainas. Con esto no pretendo dar una
aseveración sobre los beneficios de este escrito, usted es el encargado de
considerar lo que le place, aunque considero que no es tan obvio como los
“aforismos” de Cangrejo Pérez ni tiene la ambición patética de Acción Poética.
Entonces cada quien debe formar su altar. Desde
este podrá dar su homilía de pendejadas todos los días, colgará imágenes que
muestren el torso de musculatura marcada o cubierto con un ropaje costoso, unas
tetas empinadas con la fuerza de un sostén, un bikini para bañarse al menos en
el río Bogotá o el último tatuaje que lo hace ver aún más rebelde. La limosna
se recauda en “me gusta” o en “compartir” y con estas divisas se mueve la
maquinaria de la pendejada. Para ese momento, en que su actuación o su
fisionomía se vuelven un boom, empezará a definirse su comportamiento de manera
que genere más estruendo, ahí es cuando la majadería flota como un bollo en
inodoro. Entonces usted ya instituyó su egolatría, su culto a usted mismo
acolitado por el embeleco de sus allegados, de sus amigos. Espera usted
trascender, llegar a ese superhombre fabricado por los medios. Aquí comienza la
excesiva etapa del arribismo: Entonces posan en los parques de la “gente de
bien”, paseando por los centros comerciales de la alta alcurnia, cada fin de
semana en un lujoso balneario de ilusiones o, lo que me parece más repudiable,
tomándose fotos en un restaurante de oropel, convencidos de que es fino en
exceso y usted ve en esos álbumes, imágenes hasta del plato de comida ¡QUÉ ES
ESTA MIERDA!
También están los intelectualoides, profesionales
en trillar frases de escritores que si supieran algo de ellos sería porque se
los ofrece Wikipedia, maestros en la publicación de música que les parece
estupenda pero que no entienden, sólo buscan parecer exóticos, insuperables en
la crítica politiquera, ácidos en sus sátiras, elocuentes en sus disertaciones.
Y no hacen
falta las maturrangas de los aprovechados que se valen de todo este andamiaje para
sonsacar información, robar apartamentos, violar muchachitas atembadas o
ponerse citas para darse en la jeta ¡QUÉ BELLEZA!
Esta es una asquerosa vitrina de lo humano, de lo
demasiado humano. Estos perfiles abundan
en las redes sociales como una plaga. ¿Qué hacer? No acabe con su cuenta, ni
organice un combo de asesinos para exterminar a esta raza de impuros (si así
los considera), yo sugeriría (¡ojo! Sólo lo sugiero) que intente parecerse en
lo menor posible a estos personajes. No es más.
A mis amigos los suspicaces les cuento que no
existí, ni existo y espero no existir (aunque nunca digas de esta agua no
beberé: la abuela) en el Facebook, pero como me persigue, me arrincona, todos
los días me encuentro con la sugerencia redentora: haga un Facebook o con el
comentario discriminador: ¡ah, verdad que usted no tiene Facebook! Debí hacer
el “estudio” con cuentas ajenas pero cercanas.
Es fácil criticar algo, hacerlo polémico, cuando se sabe que todo el mundo se va a sentir levemente identificado con su denuncia. Quisiera saber si usted que escribe en un blog, en el fondo no siente la mas mínima necesidad de atención y aceptación; en el fondo eso es lo que hizo popular facebook, la posibilidad de sentirse aceptado en una sociedad que segrega por cualquier motivo.
ResponderEliminarYo creo que lo complejo y repudiable del acto que menciona está en querer aparentar que la vida solo está llena de momentos de fotografía y crear la falsa ilusión de que cada cosa que pasa es más especial que la otra porque o sino carece de sentido, como el hecho de construir una vida de fantasía en lo virtual que es solo un matiz de la realidad.
Pero por favor, no sea maniqueo, no caracterice el buen uso de un medio conforme a su visión de el y mas si nunca ha hecho uso de el.