viernes, 14 de febrero de 2014

Cuando Colombia lloró la lesión de Falcao - La columna del joven indecente

"no es que me disguste el fútbol, al contrario, me gusta demasiado. Lo que realmente me disgusta es que nos presenten esa noticia como el “Boom” del día y otros traguen entero. El mundo se solidarizó con ese pendejo, mientras los prietos en el Chocó se comen la mugre de las uñas diariamente para no morir de hambre"


Hace unos días Radamel Falcao García cumplió 28 años. Su mujer (que está rebuena) y su hija se vistieron con trajes de clown y le regalaron una torta de cumpleaños. En cuestión de segundos Falcao colgó la imagen en Twitter. Entré y la vi. Me dio verdadera lástima darme cuenta que sólo busca llamar la atención, y lo entiendo. Después de ser la chiva periodística más aclamada en todo el mundo, hoy hace parte del museo antiguo de noticias para los colombianos.

El día de la lesión estaba en el baño y oí la música antecesora a una noticia importante en el canal RCN. Me limpié el culo, tiré de la cadena y salí inmediatamente a ver el televisor. Falcao se había lesionado. Carlos Antonio Vélez salió mostrando su mejor cara (ninguna) y repitió una y otra vez la imagen de la lesión: “Última hora, no tenemos esperanzas para el mundial, ya no pasaremos ni a octavos ni cuartos”. Y narraba y comentaba y analizaba, y hablaba tanta mierda que me entraban ganas de tirar el televisor por la ventana.

Hijueputa, Colombia perderá contra Japón y Costa de Marfil, incluso perderá contra Grecia. Mierda, se lesionó Falcao, todo está perdido. Y RCN seguía transmitiendo: “Recordemos sus goles de la temporada 2013-2014, recordemos cuántos jugadores se lesionaron antes de un mundial y cuántos se lograron recuperar antes del mismo. Recordemos las anécdotas de un héroe que ha dejado en alto el nombre de nuestro país en el exterior”. Valiente héroe de la patria. Pero de la patria boba, bueno, perdón, la patria no tiene la culpa, la bobada es de los colombianos. Y no es que me disguste el fútbol, al contrario, me gusta demasiado. Lo que realmente me disgusta es que nos presenten esa noticia como el “Boom” del día y otros traguen entero. El mundo se solidarizó con ese pendejo, mientras los prietos en el Chocó se comen la mugre de las uñas diariamente para no morir de hambre.

Vi aproximadamente media hora sobre la noticia y salí a almorzar. No esperaba ver tantas personas tan angustiadas por el anhelado sueño del tan grandioso mundial. No me esperaba en el restaurante que un man cualquiera, de cualquier mesa, me hablara tan angustiado del futuro. Parce ¿y ahora qué? Ya el mundial se nos jodió, tanto para nada, ni Pékerman nos sacará de esta. Sí claro, loco, respondí, ya nada es igual, ni siquiera estos fríjoles con carne asada sabrán igual con esta noticia. Ya los pájaros no cantan, ni los perros ladran a los locos. Paila parce, los tombos ya no quieren llenar cuota en la UPJ, ni Tránsito quiere hacerse el agosto amenazando a los conductores con comparendos, se nos jodió la vida parce.

Terminé tristemente mi carne asada con fríjoles y destrocé mentalmente las cuerdas vocales del man cualquiera de la mesa cualquiera. Me despedí guiñándole el ojo a la paisa que me atendió y salí del restaurante. Caminé un poco, medité y encendí un cigarro. Pero bueno, tampoco es que estemos tan mal para el mundial, está Carlos Bacca del Sevilla, Jackson Martínez del Porto, Muriel del equipo donde juegue y ese otro morenito que también juega bien. No es que estemos tan jodidos del todo. El Mundial espera a Colombia y estoy entusiasmado por verlos caer en octavos de final. Obviamente no llegaremos más lejos a falta de quién ya sabemos. Triste final para 16 años de angustia futbolera. Triste final para Colombia.

Ha pasado prácticamente un mes después de la lesión y hoy por hoy nadie se acuerda de ello. Pobre man, colgando los videos de su operación y recuperación para que se compadezcan de él. No sé si es peor ser olvidado o llamar la atención. Pero no lo culpo, tantos años por fuera del país hacen pensar que las cosas han cambiado por aquí. No, Falcao, lo siento, los colombianos no cambian un culo. Los colombianos no quieren ni cambiar, ni pensar, ni sentir. Una noticia nueva alimenta el morbo de estar “actualizados” y hablar de lo que hablan los demás aumenta el ego del “saber”.


Hace una semana Rihanna y Shakira fueron el hito periodístico; ésta semana Gustavo Petro y la muerte de Pacheco se toman las pantallas; mañana quizás sea la previa mundialista o un político borracho. Nadie lo sabe. Lo único cierto es que de cualquier bobada se pegarán, para transmitir por horas la mediocridad periodística. Yo sólo espero tener más de lo mismo en mi televisor, porque a punta de fútbol no me van a mantener. Yo quiero más agua con pan, más reinas y más fútbol. Al fin y al cabo esta historia, como cualquier otra, merece un final feliz. Merecemos ser unos felices desempleados, con felices familias pobres, comiendo felizmente mierda. Colombia lloró ayer la lesión de un héroe, pero ¿hoy quién llora por Colombia? Absolutamente nadie. 

1 comentario:

  1. bueno, yavhé, -parce..pienso de que en cosas del amor , como en cosas de futbol, como de otros deporte, como ce religión y política, siempre o casi siempre nos andamos agarrando, por cosas minimos y maximos y de que de tanta discusión, debate y controversia solo queda de que Pekerman es uno, sino el mejor de los tecnicos que ha llegado a Colombia como es el caso de Fany Mickey,,y de que,, etc.. etc..

    ResponderEliminar