martes, 11 de febrero de 2014

La pisada divina - Una conversación del Vermífugo con la Hermana Roxana

"Usted conoce la historia de Sodoma y Gomorra, por blasfemos como esos nos consumirán las llamas. Además, aquí entre nos, los abuelos ya no tienen fuerza en el… en el… cuerpo y ¿usted cree que yo viviendo en Italia, llena de guapos en todas las esquinas, me buscaría a un zambo muerto de hambre de Centroamérica para que me hiciera un hijo?"

"Monja arrodillada, verso",  Martin van Meytens


Estamos con la Hermana Roxana que durante nueve meses confundió su pipa de preñada con alguna enfermedad digestiva causada por el consumo de leche corriente, imagino. La esperamos durante una hora mientras sostenía una charla con los dirigentes del convento que le alumbraban el camino de la sabiduría cristiana, para que la iglesia saliera inmaculada de la pesquisa. La hermana se sienta con sus piernas juntas, saluda con agrado y con una sonrisa beatifica comienza a responder.  

¿Qué se siente ser madre?

El señor puso en mi camino a esa bella criatura para mostrarme su omnipotencia. Estoy dichosa.

¿En realidad no tenía noticia de su embarazo?

Me habría gustado que nuestro señor enviara a algún arcángel para dar la buena nueva. Seguramente todos estaban ocupados combatiendo el pecado. Siempre pensé en una grave enfermedad, pero lo oculté con el miedo de acabar con mi misión.

¿El bebé nunca pateó?

Quizás. Pero todo lo confundí con los crujidos que dan las tripas por hambre o por gases.

¿Cuántos años tiene usted, sor?

Eso no se le pregunta a una mujer responde riéndose con coquetería.

Los medios han hablado de un amante furtivo que puede estar en el ancianato o en un viaje a El Salvador ¿qué opina usted?

Usted conoce la historia de Sodoma y Gomorra, por blasfemos como esos nos consumirán las llamas. Además, aquí entre nos, los abuelos ya no tienen fuerza en el… en el… cuerpo y ¿usted cree que yo viviendo en Italia, llena de guapos en todas las esquinas, me buscaría a un zambo muerto de hambre de Centroamérica para que me hiciera un hijo? –Se ruborizó y ansiosa demostraba su error.

¿Entonces usted cree que fue el Espíritu Santo?

Por supuesto.

¿Y no ha pensado en una demanda por inasistencia alimentaria? Pues, para asegurar a su hijo.

Cómo cree, la Trinidad nos dará todos los días los alimentos necesarios.

Si se hubiera enterado a tiempo de su embarazo, ¿no habría pensado en un aborto o en algún método anticonceptivo?

Eso ni se pregunta (parecía indignada) el aborto es para asesinos y esos métodos para lujuriosas, como se diría en los pasillos del Vaticano, para las putas.

Luego de terminar la entrevista, para darle un remate, antes de despedirnos le pregunté:

Me gustaría tener una entrevista más reservada con usted, en mi apartamento estaría bien ¿puede hacerlo?

Pero por supuesto (mirando para todas partes recibió mi dirección, nerviosa) esta noche estaré allá.

Debe ser difícil saltar una tapia con un hábito puesto.

   

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