lunes, 26 de mayo de 2014

La extensión de la máquina

Por Gerónimo Huertas

"El hombre agradece la contundencia que la máquina provee a su brazo, no sabe él que es la máquina la que se aprovecha de su ingenuidad, es el ser humano la extensión de la máquina, ella lo necesita para ser precisa, cada vez más fuerte, y llegar a lugares que por sí sola no podría."

Disponible en: http://lifeboat.com/ex/transhumanist.technologies

Para controlar a las bestias se inventó la máquina. La máquina controla lo que va de la mente al lápiz, del lápiz a la máquina y de la máquina a la nube, es todo un ciclo que ha copiado de la naturaleza. La máquina entre todas las cosas también inventó el lápiz. Aquí está San Google adaptando mi historia. Quitándole los fragmentos. ¿Cómo los utilizará? ¿Qué alma tramposa estará disfrutando de nuestras desgracias en el futuro? Es peligroso escribir aquí, es entonces dejárselo todo a la máquina, dejando de lado que siempre ha sido todo de ella. Un nombre, un registro, un número en la computadora. Ella podrá modificar la historia, muchos lo saben, pero no les interesa, otros no se han enterado de ello y nunca lo harán. Ella podrá modificar la historia y la ciencia a su antojo, ya lo hace a diario, borrará también un día los vestigios de libertad (si es que existieron y no fueron ilusión) de la mente del hombre, de los libros, del arte.

La máquina que aprende todo del hombre y de la naturaleza va cubriendo con prisa el planeta, haciendo mutar rápidamente cada ser. Hay una amenaza de metal que está sobre el mundo y se ha apoderado de su voluntad. Entre el metal viven las pequeñas bestias exploradoras, suicidas y desechables, que se llaman entre ellas humanos. Las bestias encuentran información rápidamente, son versátiles, astutas, sumamente inquietas, recolectoras. Duermen bastante, es cierto, pero es necesario pues su deseo de destrucción es tal que si estuvieran despiertas más tiempo, en cuestión de meses acabarían con el bestiario que las aloja y, aunque hay varios planetas a la vista, falta completar la adaptación para un viaje semejante: las bestias humanas aún no han terminado el trabajo: “pronto” se dicen los que manejan la máquina.

La máquina, sembrada en muchas partes, parecía una partícula inconexa, pero se presentó más o menos al mismo tiempo en la prehistoria, cuando el ser humano empezó a utilizar la herramienta, los sembradores de la máquina sabían del poder de conexión de la herramienta. Un cuchillo tallado, se convirtió rápidamente en dos, en tres, en cinco mil, se modificó de mil maneras y adquirió diversos usos, o mejor, modificó su uso para diversas labores. No había pasado mucho y ya la máquina estaba funcionando, era un organismo fragmentario, pero era parásito en el mundo.

Desde la primera cacería con lanza y daga de piedra, la máquina le ha exigido siempre al hombre una cuota pura de sangre, pero él es una bestia egoísta, da solo una parte de su ser, necesita seguir viviendo, la otra parte se la cobra a la naturaleza.

Los hombres, diminutas bestias exploradoras, creen hasta hoy que la naturaleza para su alimento es infinita, que la tierra tiene el vientre lleno de combustible para seguir reproduciendo la miseria; bebe la sangre del animal ya frío, en descomposición, y da su bocado al filo de la piedra que siempre pide un poco más. El hombre agradece la contundencia que la máquina provee a su brazo, no sabe él que es la máquina la que se aprovecha de su ingenuidad, es el ser humano la extensión de la máquina, ella lo necesita para ser precisa, cada vez más fuerte, y llegar a lugares que por sí sola no podría.  Porque la máquina es poderosa, pero todavía no es tan hábil. Le falla la motricidad fina, la coordinación, la relación libre de ideas, para eso está el espécimen humano, para alcanzar con minucia el mundo, para herir con más precisión.

La máquina se implantó en los dientes del hombre y los dientes del hombre cada vez se hicieron más feroces. La máquina se extendió, cada vez más conectada, un día será como una gramínea feroz. Hoy día no sabemos de qué es capaz, es una enredadera tenaz de cables y luces que si se apaga nos deja ciegos. ¿Qué tal si la tecnología me arroja en un estado de ánimo suspendido y veo cómo se traga de manera feroz el mundo? Cinco mil árboles cada minuto, quinientos millones de animales cada día, tragándoselos la máquina… un momento, ¿ya soy sólo otra bestia suspendida?

Aquí estoy en frente de ella tratando de minar su historia, de controlar su memoria, una bestia desmemoriada hablando de memoria. El mensaje que yo escribí ya lo cambió la máquina. La máquina “comprensiva” que a veces deja hablar a las bestias. Yo había escrito una buena salida del embrollo, había querido proponerles un cambio. Pero aquí está la máquina. Lo máximo que podría es crear un evento por Facebook, eso me lo deja la máquina, o lanzar una arenga por Twitter, esas libertades que me concede cada vez menos la máquina. A nosotros nos dejó conocer los 140 caracteres, ya vamos por menos: hay que simplificarse, hacerle las cosas fáciles. Qué viva la reproducción en serie, la furia de la uniformidad, las orgías de gemelos fantásticos a los que les cambia el pelo y los ojos de color.


Me deja organizarme aquí San Google, me permite compartirles mi mente con “el mundo abierto” de los blogs, no cuenta con que me asquee del bestiario, cree que todo está controlado. Siento las bestias cercanas cada vez más humanas, cada vez más duras sus miradas, creen que nada va a cambiar y tienen razón, el mundo está transformándose en un organismo metalizado y simple: las bestias que lo perciben vociferan a la luna, y cualquier intento de ruptura se intenta sólo como una forma de asumir nuevamente a la máquina.

domingo, 30 de marzo de 2014

El Gusano Promedio - El joven indecente

Los gusanos trabajan habitualmente en horarios de tiempo completo. Al almuerzo comen hamburguesas Mc. Gusano y se deleitan sus paladares con la mierda. Tranquilo lector, no se preocupe, la mierda es la comida habitual del gusano promedio. Nunca diferencian el sabor de otras comidas. Nunca han comido un libro o una película. Mierda, pura mierda.




El mundo es una manzana podrida y nosotros tan sólo gusanos revolcándose en la inmundicia. Los reyes plantean su juego y el gusano se arrastra de a pocos creyendo que avanza, creyendo que es el mejor de los gusanos. Pero no lo es, no lo logra. El gusano promedio compra, consume, bebe, fuma. Él cree que esa es la verdadera motivación, la razón del gusano, el sentido de la vida. Mientras los reyes plantean su juego, el gusano promedio baja su mirada a la pantalla y dedica su tiempo libre en ello. Habla con otros gusanos de sus gusanescas aventuras. Gusanos que montan a las gusanas queriendo tener gusanitos para repetir la misma historia vez tras vez. ¿Qué hay de llamativo en la inmundicia de alargar el periodo de existencia de un apellido? No lo entiendo.


Volvamos a las pantallas y a los juegos de los reyes gusanos. Sí, los reyes también son gusanos, pero hay que darle merito a sus diminutos cerebros. Son los reyes a causa de usar un par de neuronas en beneficio propio. Las pantallas son las causantes de la carencia de cerebros en el gusano promedio. Los reyes dejan que disfruten de las pantallas por un tiempo antes de anunciar un nuevo lanzamiento, más lujoso, resistente al agua, con accesorios impensables y Bluetooth desde el dedo meñique. El gusano promedio se motiva por una nueva adquisición antes que los demás gusanos y se parte el culo para alcanzar el alto precio.

Los gusanos trabajan habitualmente en horarios de tiempo completo. Al almuerzo comen hamburguesas Mc. Gusano y se deleitan sus paladares con la mierda. Tranquilo lector, no se preocupe, la mierda es la comida habitual del gusano promedio. Nunca diferencian el sabor de otras comidas. Nunca han comido un libro o una película. Mierda, pura mierda. Los gusanos salen de sus trabajos a su casa hipotecada en Davi-gusano. Recuerdan las mil facturas para pagar, el impuesto del carro, la pensión en el Agustiniano, los útiles inútiles, los servicios. Se sienten tristes y desdichados. Entran a su casa, se sientan en su sofá de cuero y encienden el televisor de cien pulgadas. Se preguntan, ¿por qué no alcanza la plata? ¿Por qué? ¿Por qué? Hay que pagar el sofá, el I-gusano, el plasma, la tablet, el computador. ¿Por qué no alcanza la plata? Si el crédito fácil gusano te lo presta easy para empezar a pagar en febrero. Y se dan golpes de pecho y se mortifican y toman coñac del caro.

El gusano promedio siempre viste de traje y a la moda. Sus atuendos son usados normalmente para el cortejo pre-apareamiento. Las gusanas más voluptuosas ganan las miradas de los reyes gusanos y alcanzan su cuarto de fama como presentadoras de farándula o actrices porno. Las gusanas promedio (en todo) tienen un hogar con gusanitos y esposo gusano y Pug-gusano. Las gusanas menos favorecidas buscan por la ley de atracción su suerte en algún gusano borracho. El gusano promedio tiene que cuidar de su aspecto baboso si quiere conseguir una gusana voluptuosa. Claro que la babosada es lo menos relevante para cortejarla. Si tienes algo de grasa en los bolsillos vendrán a ti como si fueras un rey gusano.

Se preguntará usted, señor lector, qué clase de gusano soy yo. No se adelante, o si quiere hágalo, piense que también soy un gusano promedio o medio gusano, no importa, se lo comentaré más tarde. El gusano promedio sale de su inmunda vida gusana a través de su televisor de cien pulgadas. Se distrae un poco, se ríe, llora. Los reyes gusanos transmiten por horas la estupidez babosa que le gusta al gusano promedio. Protagusanos de nuestra tele o el Yo-gusano son algunos de los programas favoritos del gusano promedio. Cabe aclarar que también halla la manera de contratar televisión por cable, y esto, que me parece absurdamente divertido, es el peor desacierto gusano; contratan televisión por cable para ver dos canales gusanos nacionales.

Basta ya de rodeos, pues usted ya se ha imaginado el gusano promedio y tiene en mente más características de él. Seguramente usted cree que es un gusano avispado promedio, de eso no hay la menor duda. En cuanto a mí, si usted ha dicho que soy un gusano promedio, no está lejos de la realidad, simplemente he eliminado hábitos promedios y si quiere, puede llamarme gusano a secas. Consumo mierda más elaborada de reyes gusanos elaborados, estos últimos con más cerebro que el rey gusano promedio. Y como en Mc. Criollo gusano y veo programas americanos. De eso no hay duda, soy un gusano a secas. Y si no lo cree así, y si dice que escribo bien, que no soy sólo un gusano, se equivoca. Escribir sólo es la pimienta para comerme la mierda con más gusto. 

lunes, 17 de marzo de 2014

La maquinaria de la pendejada - El Vermífugo y su columna de esta semana

"Para que genere un alud de opinión, una apoteosis en la cotidianidad, debería escribir un chiste para estúpidos, un comentario de lo más chicloso sobre el amor, una reflexión somera acerca de la vida, un pasaje bíblico, un video para alimentar el morbo o acudir al chantaje emocional y otras vainas"



De antemano debo reconocer que el Facebook servirá para la difusión de este texto, aunque no sea la suficiente. Para que genere un alud de opinión, una apoteosis en la cotidianidad, debería escribir un chiste para estúpidos, un comentario de lo más chicloso sobre el amor, una reflexión somera acerca de la vida, un pasaje bíblico, un video para alimentar el morbo o acudir al chantaje emocional y otras vainas. Con esto no pretendo dar una aseveración sobre los beneficios de este escrito, usted es el encargado de considerar lo que le place, aunque considero que no es tan obvio como los “aforismos” de Cangrejo Pérez ni tiene la ambición patética de Acción Poética.

Entonces cada quien debe formar su altar. Desde este podrá dar su homilía de pendejadas todos los días, colgará imágenes que muestren el torso de musculatura marcada o cubierto con un ropaje costoso, unas tetas empinadas con la fuerza de un sostén, un bikini para bañarse al menos en el río Bogotá o el último tatuaje que lo hace ver aún más rebelde. La limosna se recauda en “me gusta” o en “compartir” y con estas divisas se mueve la maquinaria de la pendejada. Para ese momento, en que su actuación o su fisionomía se vuelven un boom, empezará a definirse su comportamiento de manera que genere más estruendo, ahí es cuando la majadería flota como un bollo en inodoro. Entonces usted ya instituyó su egolatría, su culto a usted mismo acolitado por el embeleco de sus allegados, de sus amigos. Espera usted trascender, llegar a ese superhombre fabricado por los medios. Aquí comienza la excesiva etapa del arribismo: Entonces posan en los parques de la “gente de bien”, paseando por los centros comerciales de la alta alcurnia, cada fin de semana en un lujoso balneario de ilusiones o, lo que me parece más repudiable, tomándose fotos en un restaurante de oropel, convencidos de que es fino en exceso y usted ve en esos álbumes, imágenes hasta del plato de comida ¡QUÉ ES ESTA MIERDA!

También están los intelectualoides, profesionales en trillar frases de escritores que si supieran algo de ellos sería porque se los ofrece Wikipedia, maestros en la publicación de música que les parece estupenda pero que no entienden, sólo buscan parecer exóticos, insuperables en la crítica politiquera, ácidos en sus sátiras, elocuentes en sus disertaciones.

Y no hacen falta las maturrangas de los aprovechados que se valen de todo este andamiaje para sonsacar información, robar apartamentos, violar muchachitas atembadas o ponerse citas para darse en la jeta ¡QUÉ BELLEZA!

Esta es una asquerosa vitrina de lo humano, de lo demasiado humano. Estos  perfiles abundan en las redes sociales como una plaga. ¿Qué hacer? No acabe con su cuenta, ni organice un combo de asesinos para exterminar a esta raza de impuros (si así los considera), yo sugeriría (¡ojo! Sólo lo sugiero) que intente parecerse en lo menor posible a estos personajes. No es más.

A mis amigos los suspicaces les cuento que no existí, ni existo y espero no existir (aunque nunca digas de esta agua no beberé: la abuela) en el Facebook, pero como me persigue, me arrincona, todos los días me encuentro con la sugerencia redentora: haga un Facebook o con el comentario discriminador: ¡ah, verdad que usted no tiene Facebook! Debí hacer el “estudio” con cuentas ajenas pero cercanas.

Antes del fin, una salvedad. Es mi deber cristiano reconocer que hay muchos que realmente lo usan como una herramienta de información o de comunicación, y no como el megáfono que usan para gritar su necesidad de llamar la atención. Si usted es uno de ellos, con seguridad movió su cabeza de adelante a atrás apoyando lo antes dicho. 

jueves, 13 de marzo de 2014

Ganador del concurso "Colección en breve"

El colectivo El Errante Insaciable informa que seleccionó a la obra Espejismos de Luis Pantoja como ganadora de su concurso "Colección en Breve". 

La obra ganadora se presentará en la V FLIA (Feria del Libro Independiente y Autogestiva) que se realizará el sábado 29 y domingo 30 de marzo de 2014 frente a Trama, expendio de diseño, calle 43A, N. 18A-10.




martes, 4 de marzo de 2014

El comunicador bestial


"Pone el odio de Dios en tu corazón, te dice qué tienes que hacer para portarte bien y ser bueno. Presenta un héroe al que alaba hasta que mañana aparece otro más apuesto o más rico. Cuando al héroe le muevan la butaca de honor, registrará al tiempo de su caída, la subida del nuevo ídolo y clavará el micrófono en la llaga para que se escuchen los borbotones"


No se ha visto todavía en el Colombestiario bestia que tenga la lengua más larga y carnuda. Hasta una chismosa, promotora de riñas públicas y disputas intrafamiliares, estaría indignada con el comportamiento de esta bestia histriónica. El comunicador bestial también es llamado lameculos o lamezuelas. Hace carrera en la lambonería desde épocas escolares. En la Facultad de Comunicación Bestial aprende las mañas para ascender en la difícil pirámide del entretenimiento para dummies: les enseñan a tratar temas importantes, mezclados con temas estúpidos, a abordarlos sin ningún trasfondo: no les cuesta nada juntar la masacre de 10 bestias comunes con una noticia sobre las tetas de alguna bestia de exportación.

Dicen tener un discurso neutro, no estar ligados al poder y criticar las injusticias sin importar quien las cometa. Pero cenan en la casa del Gran Monstruo Político. El viejo pestilente les pasa una lista de la información para el día siguiente. Si hay un escándalo que involucre seriamente los intereses del Monstruo Político, este ordenará que se hable de una bestia cualquiera a la cual le haya sucedido una desgracia (perdérsele un hijo, estar en etapa terminal de cáncer, haberse encontrado una maleta con varios millones y tener que devolverla, etc.).  El Monstruo Político impondrá siempre los hechos y controlará al máximo las circunstancias, pero si éstas llegaran a salirse de las garras inventará un engaño de último minuto que tergiversará la noticia. Así se domina el ánimo de las algunas bestias que se las dan de alborotadas: o bien se ensañan en sus teclados de computador y en sus tabletas, vociferan y protestan contra el gobierno, mientras comen pizza con Coca-Cola y fuman Philip Morris comprado con el sueldo de papi, o tal vez salen a la calle porque está de moda, pero no entienden ni quieren entender vericuetos de economía y política.

Cuando el comunicador bestial logra ser accionista de una cadena de radio, empieza a acceder a la cima de su carrera, al culmen de su misión.  No deja de ser un lambón, pero hará que su nombre resuene en los parlantes, Arizmendi, Dávila, Gurissati, Morales, Vélez, Ruíz… junto al de los cualquier políticos con los que pactan acaloradas entrevistas, conmovedores testimonios y ataques directos cuando es el caso. El cualquier político hará lo posible por congeniar con el comunicador bestial, sabe bien que si esto no es posible, el lambón mayor no descansará con su lengua incansable hasta sacudirlo en las mazmorras de la indignidad, ubicadas en el estómago del Monstruo Político.

Pero si bien la característica más llamativa del comunicador bestial es su lengua rojiza y corrompida, no es la más importante. Lo más temible en él es su fidelidad al Gran Monstruo Político. Si un día, en las carreras de cualquier políticos se apodera de la cabeza del monstruo pestilente un masacronservador en lugar de un fusilberal, el lameculos se volverá también masacronservador y dejará sus odas al fusil, para hacer odas de omisión a las motosierras.

Si el comunicador bestial debe cambiar de opinión de un minuto a otro, no tendrá ningún reparo, defenderá lo que antes criticaba y viceversa. Pone el odio de Dios en tu corazón, te dice qué tienes que hacer para portarte bien y ser bueno. Presenta un héroe al que alaba hasta que mañana aparece otro más apuesto o más rico. Cuando al héroe le muevan la butaca de honor, registrará al tiempo de su caída, la subida del nuevo ídolo y clavará el micrófono en la llaga para que se escuchen los borbotones.  Condena las muertes propinadas por bestias ácidas y alaba las muertes ocasionadas heroicamente por un “noble soldado” de las huestes legales del Colombestiario. Despedazarán cualquier cosa que les ordene destruir el poderoso y regresarán babeando, listos a cambiar de apariencia y de sentido, si es necesario.

Analizan con ferocidad la bestiacracia de planetas cercanos. Dictan los defectos de los habitantes de esos planetas, producen asco en las bestias comunes que cada vez son más susceptibles a las sugerencias de los comunicadores bestiales. Lo bueno siempre está a la derecha así que se burlan de lo que presumen zurdo, enarbolan los valores de lo rectilíneo, lo peinado, lo maquillado. No importa si eres corrupto con tal que jamás te descubra el lameculos. 

miércoles, 26 de febrero de 2014

"Está medio gordita pero chupa chévere" - La columna del Vermífugo

"Sus letras son un notorio esfuerzo por transformar la recurrente manera de ver el amor a lo largo del tiempo. Buscando combatir el romanticismo empalagoso, la melcochería de siempre, eliminan todos los eufemismos, las figuras literarias y retóricas, y acuden a la contundencia de lo directo"



Si usted es de los que cree que la poesía ha muerto, de los que piensa que en este siglo veintiuno no habrá alguna vanguardia literaria que remueva la mesura de lo establecido, considero que no ha observado bien. Sólo es una cuestión de detenimiento, lo persigue por todas partes. En mi caso, habito con un fanático de esta apuesta lírica contemporánea, tengo entre mi parentela un poeta en formación, integrante de esta corriente. Subo a un bus, allí está, al ir a una fiesta, lo encuentro, andando la ciudad, me lo topo en cada esquina. Por lo anterior debí apreciar, a palos, la nueva propuesta de latinos y reconocer su cariz tan serio. Sí, aunque usted no lo crea, es el reguetón. Espere, no se apresure, ahora viene la argumentación.

Sus letras son un notorio esfuerzo por transformar la recurrente manera de ver el amor a lo largo del tiempo. Buscando combatir el romanticismo empalagoso, la melcochería de siempre, eliminan todos los eufemismos, las figuras literarias y retóricas, y acuden a la contundencia de lo directo. Un par de ejemplos: está medio gordita pero chupa chévere, eso en cuatro no se ve, o, entrégate, yo sé que no es tu primera vez, por favor dime que sí, te lo voy a hacer una y otra vez. En esta amplia escuela no sólo tratan el amor con originalidad; en este neceser repleto de joyas, podemos mencionar sus epopeyas nocturnas entre conciertos y hoteles con barbies, reflexiones filosóficas profundas como una vagina de bailarina fina que te espera en una tina (ya casi lo logro), insultos entre ellos, pasajes bíblicos y hasta alusiones a la emancipación femenina como, ella se rebeló, se cansó de lavar y planchar, o, hoy van a tomar y van a olvidar, aquel hombre que las quiso controlar. Y para completar, un sonsonete pegajoso que al menos nos mueve la planta del pie, que desinhibe a las mujeres más tímidas y que transforma en trompo al más tieso. Usted encuentra en bailaderos a jovencitas engargoladas en jovencitos, aunque no siempre refregándose los genitales y sí muchas veces listos para salir a un lugar de mayor intimidad. ¿Me entienden?, el reguetón ha ahorrado toda la parafernalia que precede a un idilio desgastante, usted invite a la pretendida un tanto ebria y evitará todo lo que tuvo que hacer su abuelo o su bisabuelo para conquistar a sus respectivas esposas, ¿qué opina? ¿No le parece bueno?

Sería un canalla usted, hombre promedio, al afirmar que no envidia los cuerpos apolíneos de estos poetas, sus portes de galanes estereotipados, sus camionetas ruidosas, sus ropajes Gucci, Louis Vuitton, que no son para nada llamativos, que les permiten pasar desapercibidos. Sería un farsante usted, hombre de a pie, si no asegura que se le traga las entrañas la rabia tan verraca que le produce ver los videos llenos, como en un aluvión de bizcochos, de esas mujeres de cuerpos esculpidos en los mejores quirófanos de Medellín o de Bogotá, con esas tetas y esas nalgas mal cubiertas, que si se arrimaran mucho a la pantalla terminaríamos con el pezón en la boca.  

Con una experiencia de más de una década, el reguetón se ha logrado consagrar como una de las cosas más escuchadas en nuestra cotidianidad, en el perifoneo, en los restaurantes, hasta hay una emisora que todo el día lo dedica al reguetón. Los personajes que han llevado a tan altos ministerios esta tendencia son un patuleco, un bisojo, un negro desdentado con afro, todos puertorriqueños, lo lograron con poemas que alcanzan la categoría de clásicos como "La Gasolina" o "Pa´ que se lo gocen",  comparables apenas a "El lamento borinqueño" o "En mi viejo San Juan". Estas son las obras que los conducirán a la posteridad. Pero no nos achicopalemos, nosotros los colombianos también aportamos con unos hombres de caras lindas, que hacen videos en barrios populares donde no parecen mosco en leche ni tienen la intención de encajar a las malas en este “género urbano”.

Si lo persuadió mi argumentación, asústese, algo anda mal.


De sobremesa. Maduro no sirvió ni para dictador. Amigos de Fascismo TV, o mejor, NTN 24, ¿será qué la brutalidad policíaca sólo la usan nuestros vecinos? ¿Será qué sólo allá se cometen arbitrariedades?     

viernes, 21 de febrero de 2014

Tamaña Mudanza

Por Ambrosía

Para empezar,
una mudanza de ideas
para hacer más llevadera
                   esta vida.

Me iré a vivir con Armando
pero también con Carlos,
¿por qué no?
si ellos lo aprueban.

Cada día mudaremos besos
y otras cosas.

Será una buena mudanza,
una buena estrategia,
economizamos mentiras
y ahorramos cuentas de pornografía.

Cierren la boca, 
no es para tanto, 
¿acaso la abren tanto
ante la sucia pantalla
de cable?

Por lo menos yo
acabo de mudar 
mi doble moral,
¿usted lo haría?

Hagan fila,
recibo ideas.

martes, 18 de febrero de 2014

Usted no le interesa ni a su madre - El Vermífugo y su columna del martes

"No sé si esto está bien o mal, de eso cada quien juzgue como le plazca. No sé qué pretenda el que me reciba en un lugar, no sé si ese negocio que inauguran es para conseguir ingresos o sólo sirva de fachada para algún plan siniestro. Estamos en una pantomima, en una mojiganga y cada quien debe actuar de la mejor manera para disimular lo que en realidad pretende" 




Antes era un ser normal, o bueno, al menos eso pensaba. Caminaba la ciudad como un transeúnte normal, me echaba en el pasto a ver las nubes como un ente normal, cantaba en la ducha como un parroquiano normal y escogía un restaurante con las características que busca un hombre normal. Pero mi vida cambió. Ahora no reparo en que las uñas de la mesera estén limpias, ni en lo impecable del delantal, ni me interesa saber si hay moscas o pelos en la sopa. Ahora lo importante es sentarme en un restaurante en el que no vayan a interceptar mi teléfono, en un sitio donde pueda almorzar sin sentirme observado, como me sucede luego de conocer la noticia del restaurante Andrómeda

Tremenda parafernalia que montó la inteligencia militar (sí, yo también lo noté, es un oxímoron, una contradicción ontológica) para sólo escuchar las cositas que le haría de La Calle a su señora o los negocios cochinos de Naranjo. Y por lo visto sin ninguna autorización judicial, sólo por cuidar el orden del panóptico, para que todo lo que pueda ser subversivo: una señora vendiendo medias, un lector voraz, el que pasa la registradora del Transmilenio sin pagar, no se vayan a desmadrar. Sale en los periódicos una de las cabezas de Cancerbero, botando babaza, asegurando que esas chuzadas están dirigidas por “fuerzas oscuras” y echa a dos milicos de alto rango. Pocos días después sostiene que no, que las chuzadas sí son legales, este tipo tiene un trastorno de bipolaridad crónico ¡qué peligro! Con esos cambios de parecer uno queda como aturdido. ¿Usted no ha pensado en todo esto?, ¿no lo confunde?, ¿no ha dudado del señor que le vende lo del almuerzo?, ¿del carpintero?, ¿del fotógrafo? Alguna vez estuve paseando en uno de los pueblos de Colombia, junto a la casa donde me hospedé había unos amables peludos, conversadores, serviciales, propietarios de una panadería común y corriente, así como en la que usted compra pan. Y un día antes del regreso, los tipos, tan atentos ellos, preparaban en el patio unas pipetas tan parecidas a las de uso restringido de las guerrillas, tan parecidas a las de fabricación artesanal, que yo no me atrevería a pensar que eran pipetas explosivas.

No sé si esto está bien o mal, de eso cada quien juzgue como le plazca. No sé qué pretenda el que me reciba en un lugar, no sé si ese negocio que inauguran es para conseguir ingresos o sólo sirva de fachada para algún plan siniestro. Estamos en una pantomima, en una mojiganga y cada quien debe actuar de la mejor manera para disimular lo que en realidad pretende. Se imagina usted cuánta plata lava la pastora Piraquive en nombre de Dios padre todopoderoso. Con seguridad usted no le interesa ni a su madre, entonces el sistema no ha enfilado baterías, no ha puesto sus ojos contra usted, pero cuando le parezca necesario no tardará en saber hasta qué comida tiene entre las muelas. ¿Esto no le angustia? ¡Angústiese! O no, mejor no lo haga. No logrará nada. Resígnese, pase desapercibido lo que más pueda y fíjese muy bien en dónde almuerza.

De sobremesa. Un día como hoy hace treintaicinco años nevó en el Sahara, algo sólo imaginable en la literatura sucedió en un lugar donde los africanos se sancochan a cincuenta grados centígrados o más. Debió ser una maravilla. Por la web encuentran fotos, pero quién sabe si son confiables, es tan gigantesco el volumen de información a la mano que asimismo debe ser nuestra desconfianza.


Una sopa de patas y agujeros - La entrada de esta semana en el Colombestiario

El mundo es una sopa
de patas y agujeros.
Respirar con este vapor
tiende a ser
cada vez más complicado.

El hombre nace con la nariz pequeña
y los ojos y las manos grandes.

La mujer nace con la nariz pequeña
y los ojos y las manos,
y otras partes también, grandes.

Este es un mundo de tamaños
de cuál el más grande cerebro,
la casa más amplia,
las preocupaciones pequeñas.
La felicidad abarcadora:
Un día alguien extasiada decía
"no hay cuña que apriete,
no hay cuña que apriete".

Los ojos de los seres humanos
están específicamente diseñados
para que no vean sino lo necesario.

sábado, 15 de febrero de 2014

Cuatro minutos de fuga - Comentario de Chenille Bleu sobre la película de Chris Kraus

"¿Cómo ser libre de un amo que ordena la libertad? Cualquier acto que busque ir más allá de la Ley no hará sino obedecer la Ley. ¿Qué lugar queda entonces, al menos por un instante, para la voluntad del sujeto? La película muestra a la música como aquello que podría dar una posibilidad para encontrar ese lugar."





Para ir más allá de los ordenamientos trazados por la cultura, la transgresión aparece como la única fórmula posible. “Jenny” se estrella con los límites de la ley una y otra vez. La música aparece en esta historia como la marca que los otros han dejado en las protagonistas, algo de lo que no pueden escapar, pero necesario para encontrar lo propio. Ir más allá del lenguaje que posibilita una salida,  una representación diferente.

En nuestra época, el Mercado es la Ley que nos rige y organiza. Está caracterizado por mandatos como ‘Sé libre’ que determinan la elección del sujeto. ¿Cómo ser libre de un amo que ordena la libertad? Cualquier acto que busque ir más allá de la Ley no hará sino obedecer la Ley. ¿Qué lugar queda entonces, al menos por un instante, para la voluntad del sujeto? La película muestra a la música como aquello que podría dar una posibilidad para encontrar ese lugar. 

Cuatro Minutos (2007) cuenta la historia de dos mujeres que comparten una pasión absoluta por la música. “Jenny” (Hannah Herzsprung), de 21 años, acusada de asesinato y con un pasado de abuso sexual, es una chica rebelde, violenta y llena de remordimientos. “Krüger” (Monica Bleibtreu), una mujer mayor, profesora de piano, ex enfermera, muy rígida y exigente con sus alumnos, quien ha sufrido la represión de un sistema injusto debido a su inclinación sexual.

La película se desarrolla en un ambiente gris que va en sintonía con la puesta en escena de los personajes. “Krüger” conoce a “Jenny” en la cárcel donde imparte sus clases de piano a las reclusas. Enseguida ve en ella un enorme talento y de alguna manera le recuerda a un amor perdido de juventud; aprenderá, junto con “Jenny”, a conocerse a sí misma y a aceptar una realidad despiadada que no depende sólo de su punto de vista.

Chris Kraus juega con el público en cada situación que viven las protagonistas en la obra. Se presenta la música como la manera que tiene cualquiera de redimirse. El director logra hacerlo con esta película, cuatro minutos de fuga para encontrarse a sí mismo, buscar lo “propio”, hacerse un camino diferente del que al parecer le ha sido trazado y abrirse a la posibilidad de existir a partir de la música.

viernes, 14 de febrero de 2014

Cuando Colombia lloró la lesión de Falcao - La columna del joven indecente

"no es que me disguste el fútbol, al contrario, me gusta demasiado. Lo que realmente me disgusta es que nos presenten esa noticia como el “Boom” del día y otros traguen entero. El mundo se solidarizó con ese pendejo, mientras los prietos en el Chocó se comen la mugre de las uñas diariamente para no morir de hambre"


Hace unos días Radamel Falcao García cumplió 28 años. Su mujer (que está rebuena) y su hija se vistieron con trajes de clown y le regalaron una torta de cumpleaños. En cuestión de segundos Falcao colgó la imagen en Twitter. Entré y la vi. Me dio verdadera lástima darme cuenta que sólo busca llamar la atención, y lo entiendo. Después de ser la chiva periodística más aclamada en todo el mundo, hoy hace parte del museo antiguo de noticias para los colombianos.

El día de la lesión estaba en el baño y oí la música antecesora a una noticia importante en el canal RCN. Me limpié el culo, tiré de la cadena y salí inmediatamente a ver el televisor. Falcao se había lesionado. Carlos Antonio Vélez salió mostrando su mejor cara (ninguna) y repitió una y otra vez la imagen de la lesión: “Última hora, no tenemos esperanzas para el mundial, ya no pasaremos ni a octavos ni cuartos”. Y narraba y comentaba y analizaba, y hablaba tanta mierda que me entraban ganas de tirar el televisor por la ventana.

Hijueputa, Colombia perderá contra Japón y Costa de Marfil, incluso perderá contra Grecia. Mierda, se lesionó Falcao, todo está perdido. Y RCN seguía transmitiendo: “Recordemos sus goles de la temporada 2013-2014, recordemos cuántos jugadores se lesionaron antes de un mundial y cuántos se lograron recuperar antes del mismo. Recordemos las anécdotas de un héroe que ha dejado en alto el nombre de nuestro país en el exterior”. Valiente héroe de la patria. Pero de la patria boba, bueno, perdón, la patria no tiene la culpa, la bobada es de los colombianos. Y no es que me disguste el fútbol, al contrario, me gusta demasiado. Lo que realmente me disgusta es que nos presenten esa noticia como el “Boom” del día y otros traguen entero. El mundo se solidarizó con ese pendejo, mientras los prietos en el Chocó se comen la mugre de las uñas diariamente para no morir de hambre.

Vi aproximadamente media hora sobre la noticia y salí a almorzar. No esperaba ver tantas personas tan angustiadas por el anhelado sueño del tan grandioso mundial. No me esperaba en el restaurante que un man cualquiera, de cualquier mesa, me hablara tan angustiado del futuro. Parce ¿y ahora qué? Ya el mundial se nos jodió, tanto para nada, ni Pékerman nos sacará de esta. Sí claro, loco, respondí, ya nada es igual, ni siquiera estos fríjoles con carne asada sabrán igual con esta noticia. Ya los pájaros no cantan, ni los perros ladran a los locos. Paila parce, los tombos ya no quieren llenar cuota en la UPJ, ni Tránsito quiere hacerse el agosto amenazando a los conductores con comparendos, se nos jodió la vida parce.

Terminé tristemente mi carne asada con fríjoles y destrocé mentalmente las cuerdas vocales del man cualquiera de la mesa cualquiera. Me despedí guiñándole el ojo a la paisa que me atendió y salí del restaurante. Caminé un poco, medité y encendí un cigarro. Pero bueno, tampoco es que estemos tan mal para el mundial, está Carlos Bacca del Sevilla, Jackson Martínez del Porto, Muriel del equipo donde juegue y ese otro morenito que también juega bien. No es que estemos tan jodidos del todo. El Mundial espera a Colombia y estoy entusiasmado por verlos caer en octavos de final. Obviamente no llegaremos más lejos a falta de quién ya sabemos. Triste final para 16 años de angustia futbolera. Triste final para Colombia.

Ha pasado prácticamente un mes después de la lesión y hoy por hoy nadie se acuerda de ello. Pobre man, colgando los videos de su operación y recuperación para que se compadezcan de él. No sé si es peor ser olvidado o llamar la atención. Pero no lo culpo, tantos años por fuera del país hacen pensar que las cosas han cambiado por aquí. No, Falcao, lo siento, los colombianos no cambian un culo. Los colombianos no quieren ni cambiar, ni pensar, ni sentir. Una noticia nueva alimenta el morbo de estar “actualizados” y hablar de lo que hablan los demás aumenta el ego del “saber”.


Hace una semana Rihanna y Shakira fueron el hito periodístico; ésta semana Gustavo Petro y la muerte de Pacheco se toman las pantallas; mañana quizás sea la previa mundialista o un político borracho. Nadie lo sabe. Lo único cierto es que de cualquier bobada se pegarán, para transmitir por horas la mediocridad periodística. Yo sólo espero tener más de lo mismo en mi televisor, porque a punta de fútbol no me van a mantener. Yo quiero más agua con pan, más reinas y más fútbol. Al fin y al cabo esta historia, como cualquier otra, merece un final feliz. Merecemos ser unos felices desempleados, con felices familias pobres, comiendo felizmente mierda. Colombia lloró ayer la lesión de un héroe, pero ¿hoy quién llora por Colombia? Absolutamente nadie. 

Propósitos varados - Primer poema de la sección Versos errantes

 Por Ambrosía


¿Levantarme temprano?
Para qué, si puedo pasar
Por alto el desayuno.

¿Hacer ejercicio?
Con lo mal alimentado
Y brincando quedaré descalcificado.

¿Mejorar la letra?
Imposible, cada vez
Tengo más prisa.

¿Ahorrar?
Sí, ahorrar agua
Para adelgazar el recibo.

¿Fidelidad?
Esa sí, procuraré
Que mi pareja la practique.

¿Irme de vacaciones?
Pues si mi hermana
Me recibe en el barrio vecino.

¿Incrementar mis ingresos?
Últimamente solo han
Ingresado pérdidas.

Y no es que sea negativo, 
Es  que me tocó en suerte
Nacer en este paraíso de
Papel 
Donde los castillos
Se derrumban con
Un plumazo “non santos”.

martes, 11 de febrero de 2014

La pisada divina - Una conversación del Vermífugo con la Hermana Roxana

"Usted conoce la historia de Sodoma y Gomorra, por blasfemos como esos nos consumirán las llamas. Además, aquí entre nos, los abuelos ya no tienen fuerza en el… en el… cuerpo y ¿usted cree que yo viviendo en Italia, llena de guapos en todas las esquinas, me buscaría a un zambo muerto de hambre de Centroamérica para que me hiciera un hijo?"

"Monja arrodillada, verso",  Martin van Meytens


Estamos con la Hermana Roxana que durante nueve meses confundió su pipa de preñada con alguna enfermedad digestiva causada por el consumo de leche corriente, imagino. La esperamos durante una hora mientras sostenía una charla con los dirigentes del convento que le alumbraban el camino de la sabiduría cristiana, para que la iglesia saliera inmaculada de la pesquisa. La hermana se sienta con sus piernas juntas, saluda con agrado y con una sonrisa beatifica comienza a responder.  

¿Qué se siente ser madre?

El señor puso en mi camino a esa bella criatura para mostrarme su omnipotencia. Estoy dichosa.

¿En realidad no tenía noticia de su embarazo?

Me habría gustado que nuestro señor enviara a algún arcángel para dar la buena nueva. Seguramente todos estaban ocupados combatiendo el pecado. Siempre pensé en una grave enfermedad, pero lo oculté con el miedo de acabar con mi misión.

¿El bebé nunca pateó?

Quizás. Pero todo lo confundí con los crujidos que dan las tripas por hambre o por gases.

¿Cuántos años tiene usted, sor?

Eso no se le pregunta a una mujer responde riéndose con coquetería.

Los medios han hablado de un amante furtivo que puede estar en el ancianato o en un viaje a El Salvador ¿qué opina usted?

Usted conoce la historia de Sodoma y Gomorra, por blasfemos como esos nos consumirán las llamas. Además, aquí entre nos, los abuelos ya no tienen fuerza en el… en el… cuerpo y ¿usted cree que yo viviendo en Italia, llena de guapos en todas las esquinas, me buscaría a un zambo muerto de hambre de Centroamérica para que me hiciera un hijo? –Se ruborizó y ansiosa demostraba su error.

¿Entonces usted cree que fue el Espíritu Santo?

Por supuesto.

¿Y no ha pensado en una demanda por inasistencia alimentaria? Pues, para asegurar a su hijo.

Cómo cree, la Trinidad nos dará todos los días los alimentos necesarios.

Si se hubiera enterado a tiempo de su embarazo, ¿no habría pensado en un aborto o en algún método anticonceptivo?

Eso ni se pregunta (parecía indignada) el aborto es para asesinos y esos métodos para lujuriosas, como se diría en los pasillos del Vaticano, para las putas.

Luego de terminar la entrevista, para darle un remate, antes de despedirnos le pregunté:

Me gustaría tener una entrevista más reservada con usted, en mi apartamento estaría bien ¿puede hacerlo?

Pero por supuesto (mirando para todas partes recibió mi dirección, nerviosa) esta noche estaré allá.

Debe ser difícil saltar una tapia con un hábito puesto.

   

lunes, 10 de febrero de 2014

El cualquier político - La bestia del lunes


"Los desentendidos podrían creer que lo que le cuelga del cogote es una corbata, una bufanda, o que se cubre suavemente con cuellos de tortuga. Se equivocan; en realidad posee un apéndice que cambia de color como los artistas pop y los trajes de baño de las presentadoras de farándula."

Ilustración de Pawel Kuczynski

Es conocido como el “Rey de la corrupción”. “El ladrón mayor” le dicen con cariño sus pupilos, los burócratas farsantes que quieren ser como él. El cualquier político ha sido engordado con las garantías que les faltan a las otras bestias del Colombestiario. Los desentendidos podrían creer que lo que le cuelga del cogote es una corbata, una bufanda, o que se cubre suavemente con cuellos de tortuga. Se equivocan; en realidad posee un apéndice que cambia de color como los artistas pop y los trajes de baño de las presentadoras de farándula.

Hay temporadas en que el azul pasa de moda, entonces el apéndice se pone rojo como un tizón, carnoso. Si uno pasara un machete quitando el moco parecido a corbata no dejaría de manar sangre por muchos días. Los colores políticos en el Colombestiario tienen en sí tanta sangre, que a uno decidieron ponerlo rojo, con el fin de disimular; otro azul porque la sangre reposada se pone de ese color, es por eso que es un azul podrido; otro combinado, para crear una doble labor, se mata y se descompone. Existe el partido con la U de un mesías que se les volvió rebelde, ahora apunta con su mano derecha engatillada al lugar donde nunca ha tenido el corazón. Existen colores políticos a la vez iglesias, pero igual todo color político es tan sectario, cerrado y arbitrario como uno de esos monstruos de piedra que aún sobreviven en nuestras plazas y que mutan dentro de los barrios con sus ventanales azules y su música escandalosa para atraer incautos. También existen el color político amarillo, descolorido de lo simple, un color político éste sin cojones y sin sangre; el verde mareado, inconsistente, vacilante y otro que se pinta de colores, se hace llamar “humano” y hay quien cae. El humano es la bestia más terrible del Colombestiario, se ha reproducido y mutado en muchas bestias de miedo.

A los cualquier políticos se les ve en las plazas de los pueblos, zapateando, inflando el cogote y alzando el apéndice, sudando, desgañitándose. Son furiosas bestias prometedoras; en una tarde arreglan un pueblo, un planeta. Los problemas del Colombestiario son pocos, “qué queda por hacer, si todo lo hemos venido haciendo tan bien…”, puede leer uno en la mente de los cualquier políticos. Le da una lechona a doña Blanca Bestia Campesina con el fin de alegrar sus adiposidades y a don Pedro Bestia Obrero le da 200.000 pesitos para que se vaya de putas.

El cualquier político siempre está dando versiones encontradas y salvándose de imprevisto en el último momento, bajo la pelambre de porquería del Gran Monstruo Político que se sienta en la cima del Colombestiario. Es un monstruo asqueroso, su indigestión puede sentirse en todo el Colombestiario y su mierda debe ser recogida, junto a la de las mismas bestias comunes, por manadas de obreros pestilentes, a los que les encantan las porquerías que les envían por una pantalla: se las tragan extasiados como si fuera ambrosía, cuando en todos los casos, sin excepción, es pura mierda. Los han querido llamar, por darles un nombre, hacerlos sentir mejor y ser útiles para su caridad, pobres.  

Algunos cualquier políticos tienen de bestia desde el apellido, otros creen que por nombrarse como santos pasarán por generaciones impunes. El caso es que el cualquier político varía en sus especies, desde unos que ponen cara de santos a otros que son ampones presumidos, desde los que se creen redentores del pueblo, hasta los que se confiesan asesinos porque no les dejó otra opción la situación del Colombestiario.

El cualquier político abunda, es una bestia de cuidado, pero la mayoría se olvida de esto y lo creen inofensivo; es más, creen que va a salvarlos. Hay algo que es importante saber y tener claro, ni en el Colombestiario, ni fuera de él, ni en un Universo imaginable es posible salvarse.


Cada 3 o 4 años, según lo disponga un cualquier político seboso que se ha retirado a ver cómo compiten sus colegas, se realizan carreras de cualquier políticos. Las bestias comunes apuestan a un color y un número que representa el grosor y largo del apéndice similar a una corbata. En las carreras, bambolean sus apéndices, que se ven hinchados por las pantallas, como bombas de látex que pronto terminan reventándose. Pocos salen bien librados, con la corbata en su lugar, del color que la tenían antes de la contienda; la mayoría se ven agotados, chupados, quemados, entonces meten la cabeza debajo de las patas, no se les ve por un tiempo en ninguna de las partes en las que antes inflamaban sus cogotes y sus apéndices parecidos a corbatas. Se han guardado en sus cuevas a conspirar, a seguir rumiando su pedazo de Colombestiario, a prepararse para la próxima carrera, aún no saben de qué color habrá que poner el apéndice.  

sábado, 8 de febrero de 2014

"El arrogante vaquero del SIDA subterráneo" - Comentario de Amanda Gris sobre la película Dallas Buyers Club

"En el minuto 31 el escuálido cuerpo de Jared Leto aparece metido en una bata rosada interpretando a Rayon, un transexual que le quita a Ronny (como le llama cariñosamente)  un par de prejuicios llenándole de color y afectividad la vida. Con esa sorpresa vale la pena cualquier inconformidad que cause la película."



Ron Woodroof es un cowboy irresponsable, machista y mujeriego que desprecia a los homosexuales. En 1985 fue diagnosticado como portador del VIH y en 1992 murió tras batallar siete años contra la enfermedad.

Millones de personas valiosas han muerto a causa del SIDA pero Woodroof hizo la diferencia al revelarse contra la industria farmacéutica que en los años ochenta sólo suministraba a los contagiados AZT. medicamento que le aumentó los síntomas de neumonía por lo que decidió dejarlo y empezó un tratamiento alternativo que le ayudó a llevar la enfermedad y le regaló tiempo de vida. Así fue como se convirtió en héroe para millones de contagiados que siguieron el mismo tratamiento con resultados favorables.

La película Dallas Buyer Club o El Club de los desahuciados con seis nominaciones a los Premios Oscar 2014 es el único registro de esta historia. El encargado de darle vida a Ron Woodroof es Matthew McConaughey quien hace una fiel interpretación del personaje reflejando al “arrogante vaquero del sida subterráneo”, como le llamaban los medios de la época. El trabajo de McConaughey deja a todo el mundo con la boca abierta, no sólo por su irreconocible apariencia sino por la creación del personaje que me recuerda a lo que hizo Johnny Depp con Jack Sparrow.

En el minuto 31, el escuálido cuerpo de Jared Leto aparece metido en una bata rosada interpretando a Rayon, un transexual que le quita a Ronny (como le llama cariñosamente)  un par de prejuicios y le llena de color y afectividad la vida. Con esa sorpresa vale la pena cualquier inconformidad que cause la película.

Alguien me dijo que conocemos a nuestros semejantes por la forma de tratar a sus inferiores. Lo que me lleva a pensar que a una sociedad se le conoce por la forma de tratar a sus enfermos y, siendo la enfermedad uno de los mejores negocios creados, y estando el mundo tan contaminado de ambición y mala voluntad, es un lujo que exista una película al alcance de todos, que recree tan bien el problema de la mafia farmacéutica. La recomendada de hoy en una historia diferente, divertida y trágica al mismo tiempo, con el agregado de las magníficas interpretaciones de McConaughey y Leto, nominados a mejor actor principal y mejor actor de reparto respectivamente.

viernes, 7 de febrero de 2014

Esta noche te hago mil abortos - El joven indecente y su columna del viernes

"Soy un escritor que escribe para follarse a la peliteñida y desearle buenas noches en miles de páginas contiguas. Soy uno de esos que escribe porque cree que es lo que mejor hace así lo haga mal. ¿Por qué escriben los escritores? Por no dejar morir al mundo en manos de la televisión y el reggaetón a todo volumen"






Escribir es un talento que se logra escribiendo, no hay otra forma. Ni forma, ni fórmulas, ni alquimia secreta.  Sólo sentarse y mirar la hoja en blanco y dejar que las palabras vayan llegando, sin más, sin esfuerzos. Van y vienen, las letras, las palabras. Cerrar los putos ojos y pensar en la mujer del vecino, esa rubia de pelo teñido, sin tetas pero con tremendas piernas. Pensar en la rubia de pelo teñido y pensarla en lencería, en cuquitos, en pijama o en tacones. Hundírsela sin piedad hasta el otro mundo, que pida compasión, que pida serenito a mil. Rubia de pelo teñido, no sabes de lo que te estás perdiendo aquí, traigo fuego en mis pantalones y te hago mía cuando se me da la gana. Luego vas a algún lado, a un bar, a un café, con tu marido, no lo sé. Vas a algún lado y llegas a mí oliendo a ciudad, a miedos, a cigarrillo. Llegas a mí y no lo sabes, ni lo presientes, nos vemos en la calle y no sabes que suspiro por ti, que te he puesto en mil poses y tu marido no lo sabe, nadie lo sabe, sólo el papel y yo. Un día me entran ganas de decírtelo todo, de raptarte y llevarte fuera de esta ciudad en moto, en avión, en carro o a pie. Llevarte fuera de la ciudad y que traigas esas tremendas piernas hacia a mí  y me digas beibe, no te preocupes por mi marido, es un marica, no vendrá por mí ni por ti, no se atrevería a moverse a más de cien metros de su madre, es un marica. Beibe, hazme el amor bajo las estrellas, sobre la tierra, en una carpa, en las montañas. Y yo te digo nena, esta noche te hago mil abortos y uno más por si el sol aún no ha salido, por si el tiempo se detiene y sólo tengo tus ojos en la oscuridad. Y yo te digo nena y tú me dices beibe. Y me miras a los ojos y me dices que también te gusto, que siempre te he gustado. Y soy el hombre más feliz del mundo, pero no pasa, no sucede, no te tengo, ni siquiera en sueños. Hoy me desperté a las seis de la mañana para verte por la ventana, alistaste la blusa rosada y la falda negra como de costumbre los miércoles. Vas al armario y sacas un par de medias veladas color piel. Alzas tu pierna derecha y la deslizas suavemente con una paciencia angelical, como si me dejaras admirar cada centímetro. Alzas tu pierna izquierda y los buseteros madrean por tu belleza. Deberías estar en frente mío y hacer tu ritual para siempre, deberías estar en frente mío y verme a los ojos con tus ojitos color avellana y decirme que quieres irte conmigo a cualquier lugar. Conservo tu imagen fresca en mis memorias y me preparo un café. No asimilo que un puto tombo tenga tanta belleza en su casa, no sé cómo una rubia de pelo teñido con tremendas piernas y con pocas tetas se acueste en la misma cama con un puto vecino tombo. No sé cómo no soy un puto tombo vecino. Soy tan solo un escritor y no soy uno bien vestido, ni con olor a perfume de tienda de esquina, ni carro modelo 98’. Soy uno simple, que no halla la alquimia secreta, ni la fórmula, ni la forma. Que se ve a sí mismo al espejo y aborrece la necesidad de algún tipo de estética. Que escribe por no morir aunque escribir sea de alguna manera morir de a pocos. Que lo saca todo desde las entrañas, que deja la bilis en las páginas, que aborrece a la política y a la Iglesia. Que escribe por miedo, por odio, por pasión, por nada, por todo. Soy un escritor que escribe para follarse a la peliteñida y desearle buenas noches en miles de páginas contiguas. Soy uno de esos que escribe porque cree que es lo que mejor hace así lo haga mal. ¿Por qué escriben los escritores? Por no dejar morir al mundo en manos de la televisión y el reggaetón a todo volumen. El café se acaba, enciendo un Lucky Strike y  tú sales del edificio perdiéndote en la esquina. Voy al estéreo y pongo Money de Pink Floyd, me tiendo en la cama y cierro los ojos.